Cuenta la leyenda, que Ayar Manco sentía temor del gran poder de su hermano, Ayar Cachi. Un día, con engaños, Ayar Manco encerró a su hermano en una tenebrosa cueva. A pesar de esto, Ayar Cachi escapó de esta prisión pero con ayuda de unas enormes alas. Cuando Ayar Cachi avistó a sus hermanos, descendió y les dijo: "Hermanos míos, yo los perdono. Nuestro padre el Sol me envió para que les muestre donde deben fundar el Imperio. Vayan hacia allá, detrás de aquel alto cerro."
Luego, Ayar Cachi sacudió sus alas y voló hasta aquella cumbre que señaló guiando poco a poco a sus Hermanos. Una vez ahí, aterrizó lentamente y al tocar la tierra, se convirtió en piedra.
Esta es una leyenda que sólo conocen los abuelos de las zonas cercanas (Iquitos, Maynas, etc). Caballo Cocha era un pueblo que desapareció antes del apogeo del caucho (quizás hasta mucho antes). Actualmente esa zona es una lago en medio de la selva, hoy existe un “nuevo” pueblo del mismo nombre a pocos kilómetros de la urbe que fue (Loreto-Ramón Castilla, frontera con Colombia).
En ese tiempo Caballo Cocha era un pueblito de la colonia española, que tenía sus casitas, caballos y una iglesia con campanario, se cuenta que vino una catástrofe sobre el pueblito y que se hundió con todo y gente.
Cuando uno pasa cerca con dirección a Caballo Cocha, se escucha cerca a ese lago o cocha como también se le llama, el relinchar y galopar de caballos (de ahí su nombre Caballo Cocha), disparos, risas de personas y el sonido de campana de una iglesia, como llamando a la misa. Uno se acerca y no ve nada alrededor. Algunas personas han visto al acercarse al lago, debajo de él, sonidos como si habitaran gentes, como que los invitaran a participar de una fiesta o algo así.
Los viejos soldados que custodiaban la frontera a principios del siglo XX sabían de la historia, procuraban no pasar mucho por ahí, temían que sus caballos fueran atraídos y que luego se perdiesen. Hoy toda esa zona es monte, pantanoso y hay una cocha con aspecto no muy agradable.
Cuenta la leyenda que antiguamente había un hombre atormentado por el mal y que al morir, su alma impura y de un corazón mellado por el odio, empezó a vagar por la inmensa selva en busca de víctimas perdidas. Dicen que cuando el tunche se acerca, se escucha un intenso silbido, el cual anuncia la muerte de quien lo escucha.
El tunche al ser un alma en pena puede adoptar cualquier imagen para confundir a su víctima. Durante años el pueblo se ha ido llenando de testigos; quienes al escuchar el silbido de la muerte corrieron sin mirar atrás, abatidos por el miedo y buscando la primera luz de salida de la gigantesca selva.
En el sur del Perú, cuenta los locales de la ciudad de Cachiche – Ica sobre la “Leyenda de las brujas”, y es que es el único lugar donde podrás ver que se ha levantado el monumento de una “Bruja” (conocida a nivel nacional e internacional como la Doctora Corazón, puesto que practicaba la magia blanca como amarres, y la magia negra como el daño a otras personas), sobre un tronco de huarango (algarrobo).
Y es que la leyenda cuenta que la aparición de estas brujas fueron en la época colonial del Perú, puesto que migraban de Europa (la Santa Inquisición ordenaba quemar a quien se encontrara culpable por brujería), entre hombres y mujeres (brujos y brujas), una disputa entre ellos los llevo a separar, los brujos se fueron al norte, y las mujeres al sur, llegando a Cachiche – Ica.
Sobre esta misma Bruja se tejen varías leyendas, siendo entre ellas una de las más contadas por los nativos del pueblo de Cachiche: “Las brujas durante el día solían convertirse en árboles de huarango; es decir, se tenía un bosque de huarangos, el mismo que ha sido desforestado por un mal entender de un foráneo, y es que éste había propagado la noticia de que las brujas para evitar la tala de árboles pagaban en oro a quien lo intentara. Y es que este leñador, había encontrado oro dentro de un Huarango y éste pensó que las brujas estaban pagando oro para evitar ser cortada; cuando en realidad un ladrón que pasó por ahí había dejado esas pepas de oro, y cuando fue a recogerlas no las pudo ya sacar”.
El pueblo de Cachiche, que en un pasado fue sinónimo de hechicería, ha sido concebida como una zona mística porque las mujeres tenían poderes sobrenaturales que cualquier deseo para el foráneo era resuelto. Hoy por hoy en Cachiche, se practican brujería relacionada con la naturaleza y orientadas a la curación; los relatos son también parte del atractivo, así como el monumento de la Bruja, y aún no contado “Palmera de 7 cabezas”, ubicado en la misma zona de la Bruja de Cachiche (árboles que se introducen y salen de la tierra en forma de serpientes con un grosor de tallo de dos personas juntas).
El Yanapuma es un felino de la selva amazónica, un otorongo que tiene un exceso de pigmentación y que por eso su piel es totalmente negra, por ser una criatura rara se han contado muchas leyendas sobre sus poderes, se ha hablado que pueden ser brujos transformados en animales mediante pactos malignos, también que este felino se alimenta solo de sangre o de cerebros de humanos dejando el resto intacto dependiendo de la versión y la zona. Yanapuma significa traducido del quechua puma negro aunque también en algunos lugares lo conocen como runapuma o Puma hombre que hace alusión a las historias sobre brujos que adoptan esta forma, veamos ahora una de las historias sobre esta criatura: Los antiguos contaban una historia, la de un mitayero (cazador del monte o montaraz) que trabajaba cazando para los que se adentraban en la selva, cazaba monos, sachavacas, sajinos, entre otros animales y es así que entro a trabajar para unos madereros que se ubicaban a los lados del rio Pachitea. Cuentan que un día mientras iba acompañado del cocinero en la selva, vieron un animal de color blanco como el ganado a lo cual el cocinero dice “mira esa novilla, ¿Qué hace por estos lados?” El cazador que conocía varios secretos de la selva le dice “No es una novilla, eso es un Yanapuma, un tigre del demonio”, “recomiendo que regresemos al campamento, lo mejor es que le digamos a los demás para ir a otro sitio”. El cocinero lo miro divertido y se burló de él diciendo que se le había pegado los embustes de la gente de las tribus. Volvieron al campamento y el mitayero conto a los demás lo que habían visto, sin embargo tampoco los madereros consideraron las advertencias del cazador. El les explico muy serio: “Este tigre blanco es inofensivo de día, pero en la noche se vuelve un negro carnicero y ataca a las personas, el diablo se le mete al cuerpo y ni las balas lo hieren, solo con una lanza se le puede hacer daño”. Los madereros sueltos de risa le dijeron: “Tranquilo, ya veremos qué clase de mal es cuando venga a morir con nuestras balas”, “por estos cuentos que te asustan no vamos a salir corriendo con todos estos cedros y caobas que hemos encontrado, ¿verdad?”. Al día siguiente el mitayero fue solo al monte para conseguir carne, se hizo con una maquisapa y tranquilamente volvió al campamento feliz por la buena presa que había cazado, pero al llegar vio los cuerpos desperdigados de los madereros por todos lados, sus rifles estaban al costado, al parecer habían sido usados. Al comprobar el estado de los cuerpos se dio cuenta que estaban casi intactos salvo por unas heridas en el cuello, “esto lo hizo el yanapuma”, pensó, pues como el sabia, las marcas eran orificios de colmillos con los cuales les extrajo la sangre. El mitayero sintió mucho la muerte de sus compañeros, pero después se puso en modo de alerta pues el yanapuma aun debía estar por las inmediaciones así que subió a un árbol cercano armado con una lanza afilada y ahí espero. La noche avanzaba silenciosamente mortal hasta que se escuchó en un algún lugar cercano el rugido del animal. Del follaje emergió el Yanapuma oliendo en el aire a un humano aún con vida, quiso treparse en el árbol amenazante tomando por sorpresa al mitayero, este por un momento flaqueo pero sacando valor ataco al yanapuma atravesándolo con la lanza mientras este trepaba. Con un rugido que sacudió la selva cayó la bestia al costado del árbol. Este pensó en bajar pero por seguridad espero un momento más porque tal vez no había acabado, “mejor aguardar”, pensó. Fue así que entre los arbustos Una Yanapuma hembra apareció, acercándose a su compañero muerto al pie del árbol y mirando hacia arriba con ojos llenos de furia intento subir para tomar venganza, pero el cazador estaba bien apostado y logro darle un ataque certero acabando con la criatura. Espero un poco antes de bajar del árbol y mientras miraba los restos de sus compañeros pensó en esperar el amanecer para sepultarlos sin embargo se dio cuenta que estaba solo y lo mejor que podía hacer era no perder tiempo e ir a avisarle a los compañeros de otros campamentos cercanos que estaban a más de un día a pie de ahí, así que se puso en camino. En la noche mientras avanzaba en la oscuridad le pareció escuchar las voces de los que habían muerto en el viento, al parecer se disculpaban por no haberle creído y solo le decían que contara a todo el mundo la desgracia que había caído sobre ellos para advertir a la gente.
Cerca de este lugar vivía una joven princesa incaica. Que era conocida por todos como Huacca-China (la que hace llorar). Era una princesa de verdes pupilas, áurea cabellera y que cantaba de una manera extraordinaria hasta el punto que todo aquel que escuchaba su melodía lloraba, porque ella tenía un secreto y es que su corazón quedo enamorado de un feliz varón.
La princesa buscaba un rincón donde llorar y al hallarse libre, cavaba ante el árbol un hueco donde hundir el dulce nombre de su amor. Cierta vez en el hueco que había abierto en la arena, ante el algarrobo, se llenó de agua tibia y sumergió su blanca desnudez. Cuando salió del baño, se envolvió en la sabana y al verse en el espejo, descubrió un espía, un cazador, que al ver su belleza, quedó prendado de sus encantos, viniéndose como un sátiro, hacia ella. La princesa huyó seguida obstinadamente por el cazador entre las dunas y breñas en las cuales iba dejando trozos desgarrados de su manto, que por momentos dejaban ver su desnudez. La sabana quedó enredada en un zorzal y la princesa quedó desolada sin fijarse en nada. Entonces la sabana abierta se hizo arenal. Siguió huyendo la princesa con su espejo en alto, cuando quiso dar un salto tropezó y de su puño falto de fuerzas, se escapó el espejo. Y ocurrió una conmoción, pues el espejo roto se volvió una laguna y la princesa se transformó en una sirena que en las noches de luna sale a cantar su antigua canción.
Los Comatraneros (ciudadanos de la zona) sostienen que existe una corvina encantada, la cual dicen haberla visto, pero más que calan las redes nunca llegan a apresarla. También hay una leyenda de la vieja que toca su cajita para aumentar de ese modo el caudal del agua y es la explicación que da la gente para ese extraño sonido de los cerros cuando lo bate el viento.
Es uno de los personajes de mayor presencia en la narrativa oral andina. Se trata de un personaje prefigurado con presencia en las altas cordilleras, parajes desolados, lagunas y quebradas de los Andes. Tiene como característica primordial su gran medida corpórea y su aspecto de hombre blanco, barbudo y rubio o pelirrojo. Algunos han observado la similitud de este personaje con los antiguos conquistadores, Mistis o hijos de los terrieros españoles o mestizos blancos que teniendo fama de sanguinarios, inmorales y de lengua no reconocible por los quechuas, hacían de este un personaje diabólico e invencible como los ichillocllo o gnomos barbados, rubios lujuriosos que pueblan puquios y manantiales.
El "Nacaj" o Pishtaco no es un simple asesino. En su raíz mítica no mata por dinero ni por diversión, sino por mandato de superiores con el fin de obtener una dotación de grasa humana. Según versiones recientes recogidas en el Cuzco por F. Kauffmann (1974) esta grasa humana sería indispensable para el funcionamiento de maquinaria fina emplazada en Lima y para mezclarla con la gasolina para hacer volar a los aviones.
El pishtaco pudo ser en tiempos pre-colombinos un comisionado oficial del sacerdocio, proveedor de material para los sacrificios.
El Mapinguay es un enorme y corpulento animal, de un sólo ojo y con las patas traseras como de buey terminadas en garras. La única manera de destruirlo es cortándole el ojo.
Pero cuentan de un hombre que para librar a su hijo, a quien se llevaba el mapinguay, le arrojó ácido muriático a la cara. El monstruo, lleno de rabia, soltó al muchacho y abrió la desdentada boca abalanzándose contra el hombre, instante que este aprovechó para meter su mano por la boca del animal y cogiéndole la cola con toda fuerza jaló dándole vuelta al cuerpo del mapinguay y dejando al descubierto todo su interior.
Así murió el terrible monstruo pero sus congéneres siguen vagando por la inmensa selva.
Cuenta la leyenda que muchos años atras, una bella enfermera se preparaba a contraer matrimonio con un joven médico muy apuesto, y que por coincidencia, ambos trabajaban en el hospital Arzobispo Loayza, hospital donde que se encuentra en la capital peruana. La fecha de la boda estaba cerca y el futuro esposo viajó a su ciudad natal para invitar a sus familiares a una reunión.
En el trayecto hacia la reunión que preparaba el médico, ocurrio un trágico accidente de tránsito donde el apuesto médico perdió vida.
La noticia llegó hacia la viuda y al escuchar todo lo sucedido, entró en shock y, cuando terminó, su depresión decía demasiado al frente de la gente que la rodeaba. No sabía que hacer, y comenzó a dudar de muchas cosas.
En una tarde, la enfermera pasaba por los pisos con su ánimo débil y sin ningún cambio positivo después del accidente que le costó la vida a su futuro esposo. Ella no sabía que en el hospital, había maquinaria para construir un nuevo edificio, y sin pensarlo dos veces, decidió quitarse la vida arrojandose del piso donde se encontraba. Lo peor es que, en ese lugar para hacer la nueva obra para el hospital, se encontraban fierros en la mitad y con partes punso-cortantes.
Finalmente, realizó la maniobra suicida y al caer, su cabeza se incrustó en uno de los objetos dejandola decapitada. La pobre enfermera, se le encontróen un charco de su propia sangre y todos pudieron observar dicho acto.
Muchos pacientes comentan que su cuerpo sale a caminar por dichos pisos en el hospital, y comentan que su traje era una capa de color azul. Por esa razón, las enfermeras del hospital evitan tener ese tipo de traje para guardar ese respeto hacia la pobre enfermera. También dicen que solo se le pudo ver el cuerpo pero también otros dicen que la cabeza se encuentra en ese sector.
En los Andes centrales, el Muqui o Muki, es un duende minero y, como tal, su existencia está circunscrita al espacio subterráneo: el Muqui habita en el interior de la mina. Ser fantástico que pertenece al extenso dominio de lo mágico, el Muqui se inmiscuye en el destino de los trabajadores del socavón, gratificándolos o escarmentándolos. es un misterioso enano conocido como el dueño de las minas. Su descripción varía de acuerdo a la época. Antiguamente, por la década de los años 1930se decía que recorría los socavones sosteniendo en la mano, una pequeña lámpara de carburo abrigado con un ponchohecho de lana de vicuña. Tenía en la cabeza dos pequeños cuernos relucientes y hablaba con voz suave. En la actualidad no es muy diferente, aunque ahora vista ropa de minero, botas de agua y use una linterna eléctrica a batería.La leyenda del Muqui, se encuentra ampliamente extendida en el ambiente minero de los Andes peruanos.La leyenda del Muqui, se encuentra ampliamente extendida en el ambiente de los Andes peruanos. A veces el pequeño duende toma también la forma de animal o de un hombre Blanco y rubio para presentarse a los mineros y engañarlos. Muki en quechuasignifica "húmedo" o "humedad". De ahí se dice que el Muki aparece en los lugares donde hay agua. Aunque también podría significar "el que asfixia" (Mukiq en quechua), asociándosele al gas mortal que suele encontrarse en algunos lugares de la mina. A pesar de la distancia y el aislamiento de los campamentos mineros, la creencia y la descripción del Muki es prácticamente la misma en la sierra desde Departamento de cajamarca , en el sur hasta Departamento de ayacucho,en el centro hasta Departamento de Pasco, aunque su nombre varía en algunos lugares. En Departamento de Arequipa,por ejemplo se le llama "Chinchilico; en Puno,"Anchancho" en Pasco,"Muqui"; y en Cajamarca, "Jusshi.Todas estas ciudades están localizadas en Perú.Por su naturaleza, el Muqui está emparentado con las "gentes pequeñas" que habitan las diversas minas del "mundo".Hermano distante del Leprechauns, natural de las minas irlandesas,elfo industrioso, marrullero y solapado., que gratifica a los buscadores de tesoros con monedasno pepitas de oro;y de los Trasgos, cuya estirpe los hace atenazados y malignos. Mas, existe un tipo de duende benigno para el hombre aquel que mora en las minas de estaño de Cornualles y Devon. Y, también están los enanos, habitantes de las minas del todo el Peru, todos los mineros lo identifican como un duende bondadozo por que los guía hacia los llacimientos de oro, pero todo minero le debe dar una reconpensa por la ayuda recibida de el, algunos le dejan una pepitas de oro y con eso le agradecen su ayuda...
La leyenda de la Yacumama, se conoce desde hace mucho tiempo entre los moradores de la selva, y han sido ellos mismos, quienes se han encargado de llevar este relato de boca en boca, para que la gente sepa sobre esta serpiente gigantesca que los llena de terror.
Su nombre significa “Madre del Agua” (yaku=agua, mama=madre) por eso se cree que su cuna se encuentra en la gran laguna de Yarinacocha (Ucayali, Perú). Ella prefiere nadar en la desembocadura del río Amazonas, tanto como en sus lagunas cercanas, ya que es su espíritu protector.
Esta mítica serpiente gigante, es parecida a la anaconda, pero aún más grande, posiblemente mayor a cincuenta metros de longitud y con una cabeza de dos metros de ancho, es ciega, por eso no le importa pasearse entre las aguas oscuras. A través de su boca lanza enormes chorros de agua que le ayudan a derribar árboles para desplazarse cómodamente por tierra, y si se encuentra algún bocadillo a cien metros de distancia, es capaz de aspirarlo.
Sin embargo, llega un momento de su vida, quizá después de mil años, cuando alcanza cierto tamaño y peso que le dificulta moverse, entonces decide despejar un claro de la selva al pie del río para establecerse ahí permanentemente.Deja su cabeza por encima del agua, esperando presas, usando su gran poder de atracción para hipnotizarlas con sus penetrantes ojos y cazarlas con facilidad.
Cualquier animal u hombre que pase cerca de ella perecerá, pues aunque alcancen a distinguir su cabeza y emprendan la carrera, ella se mueve cual centella, lo atrapa entre sus poderosas mandíbulas y lo traga, para después entregarse a un plácido sueño.
Así es la Yacumama, protectora de las aguas del Amazonas, una fuerza natural arrolladora, que caza durante las lluvias y cuyo alboroto se deja escuchar desde lejos; al desplazarse fuera del agua tumbando arboles a su paso, dando evidencia de su gran tamaño.
Dicen que la mujer que seduce y hace el amor con un hombre casado está maldita.
En las noches de luna llena ella se convierte en un centauro hembra en RUNA MULA, mitad mujer ,mitad caballo.
En las noches el demonio la azota hasta herirla y ella relincha y cabalga desenfrenada. Mientras la esperan al asecho y escondidos, hombres y mujeres despechados y cuando la ven pasar al lado suyo la golpean con palos y ramas.
Por la mañana la mujer despierta en su lecho golpeada y adolorida, sin saber porqué.
Lo que gente no sabe es que en aquellas noches La Runa Mula toma en sus propias manos la luna, la verdadera luna y la lleva a recorrer todos los rincones del mundo.
Ella sabe de lugares oscuros y sin luna por eso les presta la suya.
En esas noches la Runa Mula cabalga hasta un embarcadero desde donde salen todas las canoas que va a surcar los caminos de la vida.
Se viste de novia y espera al dueño de la canoa que la llevara al otro lado de la orilla.
La gente la maldice. Pero ella no se sabe Runa Mula,
Ni le importa lo que la gente diga. Ella se sabe amante soñadora, poeta.
Compañera eterna de aquellos que recorren los caminos infinitos del amor.
Se cuenta que después de la supuesta quema de Parvaneh Dervaspa la casa quedó deshabitada y cayó en ruinas hasta que fue reconstruida por el siglo XIX por una familia de inmigrantes japoneses que comenzaron a habitarla. Esta es escenario de un asesinato pasional, por parte del padre de Familia, que da como resultado la muerte de toda la familia. De ahí se cree que la casa fue vendida.
Esta creencia no cuenta con datos que afirmen de que la casa haya sido reconstruida por japoneses. Ninguno de los tres tomos de Historia de la noticia, de Jorge Salazar, donde se ha recogido un siglo de crónica roja en el Perú, da crédito a un suceso sangriento en la zona, aún siquiera parecido. Sin embargo, se debe señalar que para finales del siglo XIX se inició la inmigración de ciudadanos asiáticos al Perú. Exactamente, el 3 de abril de 1899 llegaron a Perú, por primera vez 790 japoneses para trabajar en las haciendas cañeras de la costa norte peruana.2
Con relación a la venta de la casa, solo se tiene información certera y fidedigna de haber sido comprada por la Familia Andrade Fernández en 1925, como es mencionado en la edición Número 73 de la revista Etiqueta Negra:
“La propietaria de la casa es una mujer de noventa y seis años, que goza de buena memoria. Se llama Lidia Andrade Fernández viuda de Thierry, y recuerda con cariño todos los años de felicidad que pasó en el segundo piso con sus cuatro hermanos y sus padres. Ellos compraron la casa en 1925. Andrade vivió allí desde los doce años. Recuerda muy bien los detalles: los techos eran «altos y las cornisas hermosamente talladas»; había dos salas, un comedor, un «escritorio de papá» y un «balcón redondo en la esquina de la casa y que hoy ya no existe. Un balcón único en el que a mí me encantaba estar, porque desde ahí veía las dos calles». La señora Andrade sólo tiene recuerdos gratos y se enoja cuando alguien menciona los fantasmas. La única persona que falleció en esa vivienda –recuerda en la casa donde ahora vive, en un barrio residencial de Lima– fue su padre, un hombre tan «amado por el pueblo» que el propio presidente Augusto B. Leguía le llamaba El Presidentón. Murió de una muerte natural. Su esposa quiso evitar los recuerdos dolorosos y por eso, al enviudar, a mediados del siglo pasado, se marchó de la casa con sus hijos. Ésa fue la única sombra auténtica sobre el predio familiar. Una historia como la de cualquier familia libre de grandes misterios.”la casa fue adquirida por la Familia Andrade Fernández en 1925 y fue habitada por dicha familia hasta mediados del siglo pasado, cuando muere la cabeza de los Andrade por causas naturales. Actualmente, la casa es propiedad de una de las integrantes de la mencionada familia, la Señora Lidia Andrade Fernández viuda de Thierry. Posteriormente, el primer piso fue arrendado a terceros, donde funcionó hasta hace 3 años la ferretería Matusita, que le da nombre a la casa, y el segundo piso fue custodiado por un guardián, como afirma Ladislao Thierry, hijo de la propietaria, a Etiqueta Negra.
“Durante años, dice, tuvieron un guardián para que no robaran las pertenencias familiares que permanecían en el segundo piso de la casa. En el primero, funcionaba la ferretería Matusita (de allí el nombre con el que se conoce a la casa). El empleado llevaba un nombre a prueba de espíritus: Santos San Miguel. «Un hombre muy bueno que, sin embargo, le daba a la bebida los fines de semana –dice Thierry, en casa, al lado de su madre–. Él era el que en ese estado movía los muebles de lugar y a veces cambiaba las rejas de sitio”.
Actualmente, desde el 2005, en el primer piso de la casa funcionan las oficinas de Mi Banco, una conocida entidad financiera. En dicho año, la casa fue objeto de una inspección por parte de la municipalidad, ya que se estaban realizando remodelaciones del inmueble y se creía que se abriría una discoteca en el primer piso.
Esta inspección fue debido a que los dueños de la casa no habían tramitado ninguna licencia para efectuar obras, requisito indispensable para cualquier construcción que se realice en el Centro Histórico de Lima. Además, a solo a 50 metros de dicha casa funciona la Clínica Internacional, y por ley, ninguna discoteca puede funcionar en un radio de 150 metros cercano a iglesias, clínicas y/o colegios.Durante la inspección se ordenó parar las obras por falta de licencia, pero un empleado de Mi Banco llegó al lugar para asegurar que estaban regularizando los trámites y por eso habían decidó adelantar las obras. Se multó a dicha casa financiera con lo correspondientes en soles de 1 UIT y se ordenó suspender las obrar hasta obtener la Licencia. Además, según se supo, el segundo piso no fue arrendado debido a que la propietaria no lo permitió. A su vez, la entidad financiera determinó que no sería factible remodelar dicha planta.
En uno de los tantos pueblos de la selva, se festejaba la fiesta de San Juan. La orquesta contratada para la ocasión está causando furor en los presentes con las notas tropicales de las pandillas, cumbias y changanacuys.
De repente en pleno repunte de la fiesta se presenta un grupo de gringos. El más simpático, dice llamarse Shinaan. Se dirige al bar y compra toda la existencia de licor y ofrece a beber a todos los presentes. Los lugareños muy contentos simpatizan con el forastero y sus amigos ofreciéndoles sus jóvenes hijas para bailar.
Shinaan hace gala de su destreza en la danza. Baila con todas las chicas del lugar y no tarda en conquistar a una de las más bellas, quién impresionada por sus dotes de bailarín y galanteador se enamora del forastero desde que bailo la primera pieza, y no pierde ocasión de estar a su lado por el resto de la noche. Antes del amanecer se sirve el banquete de juanes, caldo de gallina y chilcano de pescado para todos los presentes pagado también por el forastero. La gente lo vitorea a más no poder. Antes del alba se despide de los presentes, ofreciéndoles que regresará para la próxima fiesta.
En tanto Yara, la bella joven, queda profundamente enamorada de Shinaan. Lo recuerda y sueña. En sus sueños la colma de regalos: preciosos vestidos y joyas en oro y diamantes. En una de aquellas noches, que lo deseaba con toda su alma, no lo puede creer cuando al despertarse la encuentra acostado a su lado prodigándole sublimes caricias. Aprovechando de la tranquilidad de la noche, juntos recorren las orillas y las aguas del río. Allí, viven un romance perfecto bajo un cándido cielo poblado de estrellas, y un plenilunio que destella de felicidad. Allí en las frescas aguas, Yara apaga la pasión que arde en su candoroso cuerpo juvenil en los brazos de Shinaan.
Los padres de Yara observan un extraño comportamiento en su hija. No se explican por que la joven duerme de día y pasa las noches en el río. El padre decide seguirlo a escondidas para descubrir el secreto. Se queda atónito y no puede creer lo que ven sus ojos. La joven completamente desnuda está dando piruetas en el río abrazada al cuerpo de un Bufeo Colorado y de vez en cuando los ve desaparecer. El Bufeo Colorado transporta a la joven a las profundidades donde le muestra su reino con sus majestuosos castillos adornados de oro y diamantes, sus mesas servidas de exóticos manjares. La regresa a la superficie solamente al amanecer. La joven agotada cae en profundo sueño de la que se niega a despertar.
El padre desde su puesto de observación recuerda, una vieja leyenda Shipiba que cuenta que: "Hace muchos años, una tribu entera de humanos fue convertida en delfines de río (Bufeo Colorado) por no haber querido entronar a una vieja hechicera. Desde entonces los descendientes de este pueblo habitan alegremente las caudalosas aguas del río Ucayali y otros ríos de la Amazonía. y que cuando hay fiestas ribereñas acuden disfrazados de gringos para no ser descubiertos. Uno de ellos es Shinaan que viene por su amada humana Panshin. Y al contrario de lo que se pudiera creer, ellos están muy contentos de la hechicera por haberlos hecho diversos de los humanos, quienes son culpables de muchas cosas desagradables que ocurren en el mundo"
Pero para él, esto era solo leyenda y no puede creer que esto le esté sucediendo a su querida Yara, y en pleno siglo XXI.
Piensa para sí - Ahora me explico por que aquel gringo nos dio de beber y comer gratis en la fiesta. Y su nombre coincide con el de la leyenda. No era tal, sino un Bufeo Colorado - Maldito sea.
Siguiendo el consejo de la leyenda se interna en la selva a buscar un curandero, para que le preparare el antídoto, para recuperar a su hija antes de que termine por ahogarse en el río en sus intentos de convivir con su quimérico enamorado. Ojala, que cuando regrese con el remedio, no sea demasiado tarde.
De vuelta le confía a su esposa del extraño descubrimiento y del encuentro con el curandero que le ha preparado un brebaje y una oración en Shipibo. Mientras duerme Yara las primeras horas del sueño, la madre vierte el brebaje con cuidado, humedeciéndole los labios y la boca. El padre arrodillado a la cabecera del lecho repite fervorosamente la oración aprendida para la ocasión.
Al amanecer, los cálidos rayos de sol se filtran por la ventana y despiertan a la bella Yara. Que recuerda de haber tenido un mágico sueño. Al ver a sus padres felices, su rostro juvenil se ilumina en una diáfana sonrisa de gratitud.
“Yacu” = agua o río, “Runa”= hombre o gente. Es el espíritu mágico más importante de la selva baja.
Manda sobre todos los animales y genios del agua, suele ser invocado por los chamanes y curanderos, en las sesiones de ayahuasca, tanto para hacer el bien como para hacer el mal.
Cuentan que se traslada por los ríos y quebradas, y entra en las cochas montado en un enorme cocodrilo “lagarto negro”.Cuando viaja, se adorna con cinturones y collares de feroces boas negras y va calzado con cascos de tortugas de taricayas o charapas.
Son similares a los tsunki o tsungi de otros mitos.