Cuenta la leyenda que muchos años atras, una bella enfermera se preparaba a contraer matrimonio con un joven médico muy apuesto, y que por coincidencia, ambos trabajaban en el hospital Arzobispo Loayza, hospital donde que se encuentra en la capital peruana. La fecha de la boda estaba cerca y el futuro esposo viajó a su ciudad natal para invitar a sus familiares a una reunión.
En el trayecto hacia la reunión que preparaba el médico, ocurrio un trágico accidente de tránsito donde el apuesto médico perdió vida.
La noticia llegó hacia la viuda y al escuchar todo lo sucedido, entró en shock y, cuando terminó, su depresión decía demasiado al frente de la gente que la rodeaba. No sabía que hacer, y comenzó a dudar de muchas cosas.
En una tarde, la enfermera pasaba por los pisos con su ánimo débil y sin ningún cambio positivo después del accidente que le costó la vida a su futuro esposo. Ella no sabía que en el hospital, había maquinaria para construir un nuevo edificio, y sin pensarlo dos veces, decidió quitarse la vida arrojandose del piso donde se encontraba. Lo peor es que, en ese lugar para hacer la nueva obra para el hospital, se encontraban fierros en la mitad y con partes punso-cortantes.
Finalmente, realizó la maniobra suicida y al caer, su cabeza se incrustó en uno de los objetos dejandola decapitada. La pobre enfermera, se le encontróen un charco de su propia sangre y todos pudieron observar dicho acto.
Muchos pacientes comentan que su cuerpo sale a caminar por dichos pisos en el hospital, y comentan que su traje era una capa de color azul. Por esa razón, las enfermeras del hospital evitan tener ese tipo de traje para guardar ese respeto hacia la pobre enfermera. También dicen que solo se le pudo ver el cuerpo pero también otros dicen que la cabeza se encuentra en ese sector.
En los Andes centrales, el Muqui o Muki, es un duende minero y, como tal, su existencia está circunscrita al espacio subterráneo: el Muqui habita en el interior de la mina. Ser fantástico que pertenece al extenso dominio de lo mágico, el Muqui se inmiscuye en el destino de los trabajadores del socavón, gratificándolos o escarmentándolos. es un misterioso enano conocido como el dueño de las minas. Su descripción varía de acuerdo a la época. Antiguamente, por la década de los años 1930se decía que recorría los socavones sosteniendo en la mano, una pequeña lámpara de carburo abrigado con un ponchohecho de lana de vicuña. Tenía en la cabeza dos pequeños cuernos relucientes y hablaba con voz suave. En la actualidad no es muy diferente, aunque ahora vista ropa de minero, botas de agua y use una linterna eléctrica a batería.La leyenda del Muqui, se encuentra ampliamente extendida en el ambiente minero de los Andes peruanos.La leyenda del Muqui, se encuentra ampliamente extendida en el ambiente de los Andes peruanos. A veces el pequeño duende toma también la forma de animal o de un hombre Blanco y rubio para presentarse a los mineros y engañarlos. Muki en quechuasignifica "húmedo" o "humedad". De ahí se dice que el Muki aparece en los lugares donde hay agua. Aunque también podría significar "el que asfixia" (Mukiq en quechua), asociándosele al gas mortal que suele encontrarse en algunos lugares de la mina. A pesar de la distancia y el aislamiento de los campamentos mineros, la creencia y la descripción del Muki es prácticamente la misma en la sierra desde Departamento de cajamarca , en el sur hasta Departamento de ayacucho,en el centro hasta Departamento de Pasco, aunque su nombre varía en algunos lugares. En Departamento de Arequipa,por ejemplo se le llama "Chinchilico; en Puno,"Anchancho" en Pasco,"Muqui"; y en Cajamarca, "Jusshi.Todas estas ciudades están localizadas en Perú.Por su naturaleza, el Muqui está emparentado con las "gentes pequeñas" que habitan las diversas minas del "mundo".Hermano distante del Leprechauns, natural de las minas irlandesas,elfo industrioso, marrullero y solapado., que gratifica a los buscadores de tesoros con monedasno pepitas de oro;y de los Trasgos, cuya estirpe los hace atenazados y malignos. Mas, existe un tipo de duende benigno para el hombre aquel que mora en las minas de estaño de Cornualles y Devon. Y, también están los enanos, habitantes de las minas del todo el Peru, todos los mineros lo identifican como un duende bondadozo por que los guía hacia los llacimientos de oro, pero todo minero le debe dar una reconpensa por la ayuda recibida de el, algunos le dejan una pepitas de oro y con eso le agradecen su ayuda...
La leyenda de la Yacumama, se conoce desde hace mucho tiempo entre los moradores de la selva, y han sido ellos mismos, quienes se han encargado de llevar este relato de boca en boca, para que la gente sepa sobre esta serpiente gigantesca que los llena de terror.
Su nombre significa “Madre del Agua” (yaku=agua, mama=madre) por eso se cree que su cuna se encuentra en la gran laguna de Yarinacocha (Ucayali, Perú). Ella prefiere nadar en la desembocadura del río Amazonas, tanto como en sus lagunas cercanas, ya que es su espíritu protector.
Esta mítica serpiente gigante, es parecida a la anaconda, pero aún más grande, posiblemente mayor a cincuenta metros de longitud y con una cabeza de dos metros de ancho, es ciega, por eso no le importa pasearse entre las aguas oscuras. A través de su boca lanza enormes chorros de agua que le ayudan a derribar árboles para desplazarse cómodamente por tierra, y si se encuentra algún bocadillo a cien metros de distancia, es capaz de aspirarlo.
Sin embargo, llega un momento de su vida, quizá después de mil años, cuando alcanza cierto tamaño y peso que le dificulta moverse, entonces decide despejar un claro de la selva al pie del río para establecerse ahí permanentemente.Deja su cabeza por encima del agua, esperando presas, usando su gran poder de atracción para hipnotizarlas con sus penetrantes ojos y cazarlas con facilidad.
Cualquier animal u hombre que pase cerca de ella perecerá, pues aunque alcancen a distinguir su cabeza y emprendan la carrera, ella se mueve cual centella, lo atrapa entre sus poderosas mandíbulas y lo traga, para después entregarse a un plácido sueño.
Así es la Yacumama, protectora de las aguas del Amazonas, una fuerza natural arrolladora, que caza durante las lluvias y cuyo alboroto se deja escuchar desde lejos; al desplazarse fuera del agua tumbando arboles a su paso, dando evidencia de su gran tamaño.
Dicen que la mujer que seduce y hace el amor con un hombre casado está maldita.
En las noches de luna llena ella se convierte en un centauro hembra en RUNA MULA, mitad mujer ,mitad caballo.
En las noches el demonio la azota hasta herirla y ella relincha y cabalga desenfrenada. Mientras la esperan al asecho y escondidos, hombres y mujeres despechados y cuando la ven pasar al lado suyo la golpean con palos y ramas.
Por la mañana la mujer despierta en su lecho golpeada y adolorida, sin saber porqué.
Lo que gente no sabe es que en aquellas noches La Runa Mula toma en sus propias manos la luna, la verdadera luna y la lleva a recorrer todos los rincones del mundo.
Ella sabe de lugares oscuros y sin luna por eso les presta la suya.
En esas noches la Runa Mula cabalga hasta un embarcadero desde donde salen todas las canoas que va a surcar los caminos de la vida.
Se viste de novia y espera al dueño de la canoa que la llevara al otro lado de la orilla.
La gente la maldice. Pero ella no se sabe Runa Mula,
Ni le importa lo que la gente diga. Ella se sabe amante soñadora, poeta.
Compañera eterna de aquellos que recorren los caminos infinitos del amor.
Se cuenta que después de la supuesta quema de Parvaneh Dervaspa la casa quedó deshabitada y cayó en ruinas hasta que fue reconstruida por el siglo XIX por una familia de inmigrantes japoneses que comenzaron a habitarla. Esta es escenario de un asesinato pasional, por parte del padre de Familia, que da como resultado la muerte de toda la familia. De ahí se cree que la casa fue vendida.
Esta creencia no cuenta con datos que afirmen de que la casa haya sido reconstruida por japoneses. Ninguno de los tres tomos de Historia de la noticia, de Jorge Salazar, donde se ha recogido un siglo de crónica roja en el Perú, da crédito a un suceso sangriento en la zona, aún siquiera parecido. Sin embargo, se debe señalar que para finales del siglo XIX se inició la inmigración de ciudadanos asiáticos al Perú. Exactamente, el 3 de abril de 1899 llegaron a Perú, por primera vez 790 japoneses para trabajar en las haciendas cañeras de la costa norte peruana.2
Con relación a la venta de la casa, solo se tiene información certera y fidedigna de haber sido comprada por la Familia Andrade Fernández en 1925, como es mencionado en la edición Número 73 de la revista Etiqueta Negra:
“La propietaria de la casa es una mujer de noventa y seis años, que goza de buena memoria. Se llama Lidia Andrade Fernández viuda de Thierry, y recuerda con cariño todos los años de felicidad que pasó en el segundo piso con sus cuatro hermanos y sus padres. Ellos compraron la casa en 1925. Andrade vivió allí desde los doce años. Recuerda muy bien los detalles: los techos eran «altos y las cornisas hermosamente talladas»; había dos salas, un comedor, un «escritorio de papá» y un «balcón redondo en la esquina de la casa y que hoy ya no existe. Un balcón único en el que a mí me encantaba estar, porque desde ahí veía las dos calles». La señora Andrade sólo tiene recuerdos gratos y se enoja cuando alguien menciona los fantasmas. La única persona que falleció en esa vivienda –recuerda en la casa donde ahora vive, en un barrio residencial de Lima– fue su padre, un hombre tan «amado por el pueblo» que el propio presidente Augusto B. Leguía le llamaba El Presidentón. Murió de una muerte natural. Su esposa quiso evitar los recuerdos dolorosos y por eso, al enviudar, a mediados del siglo pasado, se marchó de la casa con sus hijos. Ésa fue la única sombra auténtica sobre el predio familiar. Una historia como la de cualquier familia libre de grandes misterios.”la casa fue adquirida por la Familia Andrade Fernández en 1925 y fue habitada por dicha familia hasta mediados del siglo pasado, cuando muere la cabeza de los Andrade por causas naturales. Actualmente, la casa es propiedad de una de las integrantes de la mencionada familia, la Señora Lidia Andrade Fernández viuda de Thierry. Posteriormente, el primer piso fue arrendado a terceros, donde funcionó hasta hace 3 años la ferretería Matusita, que le da nombre a la casa, y el segundo piso fue custodiado por un guardián, como afirma Ladislao Thierry, hijo de la propietaria, a Etiqueta Negra.
“Durante años, dice, tuvieron un guardián para que no robaran las pertenencias familiares que permanecían en el segundo piso de la casa. En el primero, funcionaba la ferretería Matusita (de allí el nombre con el que se conoce a la casa). El empleado llevaba un nombre a prueba de espíritus: Santos San Miguel. «Un hombre muy bueno que, sin embargo, le daba a la bebida los fines de semana –dice Thierry, en casa, al lado de su madre–. Él era el que en ese estado movía los muebles de lugar y a veces cambiaba las rejas de sitio”.
Actualmente, desde el 2005, en el primer piso de la casa funcionan las oficinas de Mi Banco, una conocida entidad financiera. En dicho año, la casa fue objeto de una inspección por parte de la municipalidad, ya que se estaban realizando remodelaciones del inmueble y se creía que se abriría una discoteca en el primer piso.
Esta inspección fue debido a que los dueños de la casa no habían tramitado ninguna licencia para efectuar obras, requisito indispensable para cualquier construcción que se realice en el Centro Histórico de Lima. Además, a solo a 50 metros de dicha casa funciona la Clínica Internacional, y por ley, ninguna discoteca puede funcionar en un radio de 150 metros cercano a iglesias, clínicas y/o colegios.Durante la inspección se ordenó parar las obras por falta de licencia, pero un empleado de Mi Banco llegó al lugar para asegurar que estaban regularizando los trámites y por eso habían decidó adelantar las obras. Se multó a dicha casa financiera con lo correspondientes en soles de 1 UIT y se ordenó suspender las obrar hasta obtener la Licencia. Además, según se supo, el segundo piso no fue arrendado debido a que la propietaria no lo permitió. A su vez, la entidad financiera determinó que no sería factible remodelar dicha planta.
En uno de los tantos pueblos de la selva, se festejaba la fiesta de San Juan. La orquesta contratada para la ocasión está causando furor en los presentes con las notas tropicales de las pandillas, cumbias y changanacuys.
De repente en pleno repunte de la fiesta se presenta un grupo de gringos. El más simpático, dice llamarse Shinaan. Se dirige al bar y compra toda la existencia de licor y ofrece a beber a todos los presentes. Los lugareños muy contentos simpatizan con el forastero y sus amigos ofreciéndoles sus jóvenes hijas para bailar.
Shinaan hace gala de su destreza en la danza. Baila con todas las chicas del lugar y no tarda en conquistar a una de las más bellas, quién impresionada por sus dotes de bailarín y galanteador se enamora del forastero desde que bailo la primera pieza, y no pierde ocasión de estar a su lado por el resto de la noche. Antes del amanecer se sirve el banquete de juanes, caldo de gallina y chilcano de pescado para todos los presentes pagado también por el forastero. La gente lo vitorea a más no poder. Antes del alba se despide de los presentes, ofreciéndoles que regresará para la próxima fiesta.
En tanto Yara, la bella joven, queda profundamente enamorada de Shinaan. Lo recuerda y sueña. En sus sueños la colma de regalos: preciosos vestidos y joyas en oro y diamantes. En una de aquellas noches, que lo deseaba con toda su alma, no lo puede creer cuando al despertarse la encuentra acostado a su lado prodigándole sublimes caricias. Aprovechando de la tranquilidad de la noche, juntos recorren las orillas y las aguas del río. Allí, viven un romance perfecto bajo un cándido cielo poblado de estrellas, y un plenilunio que destella de felicidad. Allí en las frescas aguas, Yara apaga la pasión que arde en su candoroso cuerpo juvenil en los brazos de Shinaan.
Los padres de Yara observan un extraño comportamiento en su hija. No se explican por que la joven duerme de día y pasa las noches en el río. El padre decide seguirlo a escondidas para descubrir el secreto. Se queda atónito y no puede creer lo que ven sus ojos. La joven completamente desnuda está dando piruetas en el río abrazada al cuerpo de un Bufeo Colorado y de vez en cuando los ve desaparecer. El Bufeo Colorado transporta a la joven a las profundidades donde le muestra su reino con sus majestuosos castillos adornados de oro y diamantes, sus mesas servidas de exóticos manjares. La regresa a la superficie solamente al amanecer. La joven agotada cae en profundo sueño de la que se niega a despertar.
El padre desde su puesto de observación recuerda, una vieja leyenda Shipiba que cuenta que: "Hace muchos años, una tribu entera de humanos fue convertida en delfines de río (Bufeo Colorado) por no haber querido entronar a una vieja hechicera. Desde entonces los descendientes de este pueblo habitan alegremente las caudalosas aguas del río Ucayali y otros ríos de la Amazonía. y que cuando hay fiestas ribereñas acuden disfrazados de gringos para no ser descubiertos. Uno de ellos es Shinaan que viene por su amada humana Panshin. Y al contrario de lo que se pudiera creer, ellos están muy contentos de la hechicera por haberlos hecho diversos de los humanos, quienes son culpables de muchas cosas desagradables que ocurren en el mundo"
Pero para él, esto era solo leyenda y no puede creer que esto le esté sucediendo a su querida Yara, y en pleno siglo XXI.
Piensa para sí - Ahora me explico por que aquel gringo nos dio de beber y comer gratis en la fiesta. Y su nombre coincide con el de la leyenda. No era tal, sino un Bufeo Colorado - Maldito sea.
Siguiendo el consejo de la leyenda se interna en la selva a buscar un curandero, para que le preparare el antídoto, para recuperar a su hija antes de que termine por ahogarse en el río en sus intentos de convivir con su quimérico enamorado. Ojala, que cuando regrese con el remedio, no sea demasiado tarde.
De vuelta le confía a su esposa del extraño descubrimiento y del encuentro con el curandero que le ha preparado un brebaje y una oración en Shipibo. Mientras duerme Yara las primeras horas del sueño, la madre vierte el brebaje con cuidado, humedeciéndole los labios y la boca. El padre arrodillado a la cabecera del lecho repite fervorosamente la oración aprendida para la ocasión.
Al amanecer, los cálidos rayos de sol se filtran por la ventana y despiertan a la bella Yara. Que recuerda de haber tenido un mágico sueño. Al ver a sus padres felices, su rostro juvenil se ilumina en una diáfana sonrisa de gratitud.
“Yacu” = agua o río, “Runa”= hombre o gente. Es el espíritu mágico más importante de la selva baja.
Manda sobre todos los animales y genios del agua, suele ser invocado por los chamanes y curanderos, en las sesiones de ayahuasca, tanto para hacer el bien como para hacer el mal.
Cuentan que se traslada por los ríos y quebradas, y entra en las cochas montado en un enorme cocodrilo “lagarto negro”.Cuando viaja, se adorna con cinturones y collares de feroces boas negras y va calzado con cascos de tortugas de taricayas o charapas.
Son similares a los tsunki o tsungi de otros mitos.